14/06/2022

Mt 5, 43-48
Fue casi ayer cuando veíamos 3 formas de vivencia o expresión de nuestra religiosidad 1.- emocional (=o de calle o expresada con ritos, procesiones, devociones….)2.- sacramental en que los signos sacramentales comprometen al resucitado con el pueblo de Dios (=presencia real hasta el fin de los siglos), perdón(= sacramento de la reconiliación), y comunión o signo sacramental de la unión con Dios y con los hermanos y 3.- la vivencial o en el actuar diario a través de un actuar según Dios en cumplimiento de su voluntad. Hoy, con el precepto del amor a los enemigos Jesús viene a expresar la raiz de ese amor y el fin (=”porque somos y nos reconocemos por el bautismo hijos de Dios y para que en las obras manifestemos el infinito amor de Dios que como el sol “brilla sobre buenos y malos, justos e injustos, santos y pecadores”. Es en este precepto donde Jesús mejor rubrica nuestra condición divina y capacidad de actuar bajo la lógica divina. Es así como el principio y fin del actuar humano enraiza y tiene su fin en Dios mismo . Con ésta invitación de Jesús se nos está diciendo : puesto que has sido redimido por la sangre de Cristo y por el bautismo has sido constituido como hijo, busca hacer la voluntad de Dios amando como El para llegar a ser perfecto como el Padre celestial es perfecto.