26/08/2022

Mt 25,1-13–
Hoy quisiera iluminar la parábola de las 5 vírgenes necias y las 5 prudentes (Mt 25,1-13), desde la 1a lectura de Cor 1 ,17-25.
Todas esperan al novio que las va a invitar al banquete de Bodas que es la alegría de participar en este mundo del Reino de Dios, pero 5 no llevan el aceite y no van a poder entrar en el banquete de bodas.  Y la pregunta es: ¿qué prudencia o sagacidad o perspicacia es la que han tenido las vírgenes llevando el aceite? y más aún ¿qué representa el aceite?.
Las lámparas pueden representar los valores: el Reino de Dios . Es apetecible porque promete valores, como la verdad la justicia, la honradez, el amor, la paz que todo el mundo busca y valora.
Pero la llave o la raíz que va a iluminar no está en la misma lámpara o en los valores que representa, sino en el aceite. Y Cristo es el UNGIDO del Padre, el que encierra la auténtica sabiduría y clave de interpretacion de todos los valores porque en sus palabras pero sobre todo en sus obras se aclara con toda nitidez la verdad revelada y la forma de vivir los valores del Reino. El primer gran valor encarnado por Jesus es su enorme humildad que es 1. escándalo para los judíos (¿cómo Dios puede hacerse débil por amor a los hombres y morir en una cruz?) y 2. necedad para los romanos que no pueden ver sabiduría en un Dios fracasado en la cruz.
Sin embargo, Pablo insiste en predicar a Cristo crucificado y resucitado, escándalo y necedad para la gente de su tiempo (y tambien para el nuestro a la vista de la dificultad de la práctica de la fe ), pero fuerza y sabiduría de Dios para quienes creemos en Cristo.
En Él -el Ungido- está la fuente y anclaje de todos los valores (“el que no recoge conmigo desparrama”.(Mt 12,30) Y la frágil lámpara es la Iglesia que alberga en su corazón el Aceite que es el Cristo, el Ungido por el Espíritu -y lo diremos por partes – para ser 1.por su vida, modelo y luz en el camino de nuestra vida; 2. por el banquete en que los discipulos compartimos su cuerpo y sangre renovamos la Alianza de Dios con su pueblo 3. el pan de los hijos de Dios en el que participamos en la misa en esta vida terrestre nos hace vivir las primicias de la resurrección con a) la experiencia del perdón – Reconciliación, y b)de la paz y Comunion con Dios y con los hermanos todos.
Eh aqui en la misa, pues, el concentrado del gran misterio de la presencia de Dios en el mundo por Cristo que nos lo hace vivo, presente y actuante.
Un momento crucial de la Eucaristia es la Consagración en que Cristo se humaniza al hacerse pan divino y el pan se diviniza elevando nuestra vida que se ofrece con la de Cristo para empezar a vivir ya en germen las primicias de la salvacion que la acción litúrgica quiere mas que representar “actualizar” como origen y cumbre de todos los sacramentos .