PASTOR QUE DA VIDA ETERNA

Jn 10,27-30
Hemos de confesar que la imágen del Buen Pastor aplicada a Jesús nos llena cuando la vemos referida a nosotros en el diario vivir en este mundo. Es , sin duda estimulante, conocer a un Jesús que se nos da como un pastor que lleva a sus ovejas en busca de los mejores pastos, que conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre. Un pastor que busca a la oveja perdida y la carga sobre sus hombros y que más aun no las abandona cuando aparece el lobo sino que da la vida por sus ovejas….
Pero hoy Jesús nos dice que nos da la vida eterna y la pregunta que nos hacemos es y ¿cuándo comienza esa vida eterna? ¿es la que por fe pensamos que viene tras la muerte? – bien, pero si sólo conoceremos eternidad después de la muerte ¿cómo podemos saber esa eternidad qué cosa es?
Y entonces hemos de recurrir a escuchar el Génesis donde Dios dice que creó al hombre a su imagen y semejanza así que estamos configurados con una impronta divina . En esa configuración o ADN está nuestra libertad , nuestra inteligencia y nuestra SED DE ETERNIDAD que probablemente nos va a llevar a que nada material y perecible nos satisfaga y que el caminar de nuestra vida sea una búsqueda incesante de nuestro origen divino. Es lo que Agustín, el Santo titular de la congregación religiosa a la que pertenece nuestro papa actual Leon XIV le llevaba a decir en sus celebres Confesiones ” “Venimos de Ti y nuestro corazón anda inquieto hasta que descansa en Ti”. Seguir esa huella divina en nosotros es lo que nos lleva a buscar la voluntad de Dios en nuestra vida y lo expresamos con una expresión muy elocuente:”si Dios quiere” Si Deu vol”.
Saber a qué nos llama el Señor es la más sana inquietud humana y “divina”. Es lo que nos constituye a todos como “personas vocacionales” que queremos hacer “lo que Dios quiere” y hacerlo bien tanto si se trata de una vocación religiosa , o vocación al matrimonio, o a servir desde cualquier trabajo normal a la sociedad. Todo trabajo u ocupación en respuesta al llamado de Dios hace santa nuestra vida y lo que necesitamos es crecer en conciencia de lo que somos por creación y por seguimiento de Cristo que con los gestos sacramentales nos regala el título de hijos (bautismo) , el perdón (Confesión)y el pan de vida eterna (Comunión)y sello de la Alianza con Dios.
Expresemos un deseo acuciante: que nuestros sacramentos sean profundamente vividos en lo que significan y no sólo ritos bonitos del pasado.
Canto: Hambre de Dios.