Comentario homilético 30/7/17

Hoy Mt 13,44-52 nos refiere  las parábolas del tesoro escondido  y de la perla preciosa.

  Y la Lectura del A. Testamento  con Salomón pidiendo a Dios Sabiduria para saber gobermar a su pueblo ya nos da una buena pista. Todo hombre para gobernarnos bien a nosotros mismos necesitamos de una sabiduria  especial q no es la q se adquiere con estudios. Es la sabiduria de Dios  q se fue dando a conocer a traves de los tiempos  por Moisés y los profetas y la encontramos en el Antiguo Testamento. Pero ¿bastaba con eso pera q los hombres  captáramos las posibilidades máximas de ser hombre y de encontrar el camino hacia Dios?

  El Dios, siempre escondido a los “sabios” vino a hacerse presente en la tierra. Vino con la plenitud de su divinidad q manifestó en Amor hecho visible en Jesús  pero se quiso encarnar con una humanidad tan al alcance de todos y sobre todo de los humildes y sencillos q sólo los preferidos del Señor y los que se dejan “tocar” por su Espíritu  alcanzan a descubrirlo.

    Y es q en Jesús mismo, en su persona y su vida se nos ha dado el “tesoro escondido “y la” perla preciosa”. Su palabra y su misma vida son el modelo de nuestra vida . Y su Espíritu, la fuerza q anima nuestra fe para preferirlo a todo lo demás.

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