Comentario homilético 13/1/2.017

​La curación del paralítico  (Mc 2,  1-12) va precedida del perdón. Jesús le dice a la vista de su fe ” tus pecados son perdonados”. Ello escandaliza a los judíos q tienen claro q sólo Dios puede perdonar y piensan para sus adentros q Jesús blasfema pq se pone a la altura del propio Dios. Y Jesús no sólo no desmiente q esté habilitado por Dios para perdonar sino q en prueba o demostración de su poder cura al paralítico con palabras q sobrecoge oirlas “coge la camilla y echa a andar.”

    A nuestra ciudad secular y laica le gustaria q el mal se solucionase sin Cristo ni Dios sino sólo con obras de bien q disipen las obras del mal como el sol q deshace la escarcha .Pero el mal puede llegar a tal podredumbre en sus efectos que hasta la mente humana puede pervertirse al punto no solo de no discernir el bien del mal sino de llegar a amar el mal y odiar el bien. Y entonces necesitamos de una potente luz testimonial y fuerza sanadora q solo en Jesús podemos encontrar. El q anteayer hablaba con autoridad no siendo autoridad. El q ayer tocaba a un leproso ” intocable” y lo curaba, hoy perdona y sana al paralítico. 

Así actuaba Jesús con los q se acercaban a El con fe. Con los q llegaban a reconocerle .

   Y ¿qé camino de sanación y reconciliación podía haber y hay incluso hoy para aquellos q sin culpa no llegan al reconocimiento por fe de quien es Jesús? Quizas Mt 25,35-45 cuando en el juicio final Jesús les dirá q haciendo el bién se lo estaban haciendo a El aunque no se dieran cuenta pq Jesús  estaba en los más pobres y desdichados del mundo. 

Ellos habrán seguido en su vida la “fe ciega” inmersa en las obras de bien aunque les haya faltado el esplendor del Encuentro y reconocimiento por fe  de Quien es autor real de todo bien.

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