Comentario homiletico

Mt 5,33-37
Las instituciones funcionan en una sociedad cuando las personas “se comprometen” y asumen trabajos y cargos dedicando tiempo y esfuerzos para luchar por esas causas comunes de su entidad. Así funcionan fallas, parroquias, peñas, asociaciones vecinales etc..El momento cumbre de ese compromiso suele llamarse el juramento del cargo o la “toma de posesión”. Es una formalidad desde luego, pero por algún motivo todas las sociedades repiten ese gesto de compromiso público de ser fieles al cargo asumido, sea la institución que sea y mas aun si se trata de instituciones o cargos relevantes. Y no es de poca importancia la fórmula cuando ahora mismo se esta discutiendo judicialmente si hubo respeto a la Constitucion en las floridas fórmulas que se emplearon en la toma de posesión de los cargos de ministros. Pues bien.El texto de hoy es un bombazo de Jesús a la linea de flotación de esta forma ancestral de conducta sobre todo si la realizan sus discípulos .Digamos claramente cuál es el pensamiento de Jesús. El discípulo cuando acata un compromiso lo debe hacer empeñando en su palabra su persona. Y no necesita invocar ni ” lo mas alto del cielo porque es el trono de Dios ni lo más bajo de la tierra que es escabel de sus pies. Que vuestras palabras sean si ,si . No no. Todo lo demás viene del maligno “. La cita del texto es exacta. Y la interpretacion desde la optica de Jesús no es menos obvia: tu palabra eres y debes ser tu mismo y tu honor y/o dignidad y es lo que pones en juego cuando te comprometes. Si, por el contrario invocas a Dios o a lo mas sagrado o valioso para ti (Dios, tus muertos etc) pero ajeno a ti mismo, corres el riesgo de tomar el nombre de Dios en vano o desprestigiar aquello que tu o tu colectivo mas esta valorando si no cumples con las obligaciones del cargo.
Hombres y mujeres de palabra. Que asumen compromisos y trabajos al servicio de los demás y lo hacen con fidelidad y constancia. Que estan ahi siempre que los necesitas. ..
Ese es el hombre modelo de Jesús … y probablemente el mas universal y digno de ser llamado profundamente humano.