Mt 6,1-16-18
Jesus detectó muy pronto en sus correligionarios judios fariseos, saduceos, escribas y sacerdotes una tendencia muy pronunciada a hacer las cosas por el reconocimiento social, para ser bien vistos por la gente . …En realidad lo que detectó no es nada nuevo. Va con la naturaleza humana el actuar esperando un logro para ti en forma de dinero o producción sea cual fuere. No aguantamos realizar un esfuerzo sin resultados. El tema es que se realizaban esfuerzos religiosos como ayunar, dar limosna, o pagar el 10% de los diezmos, o se entregaban los frutos primeros del campo o primicias al templo quizas no solo – pero también – para que los viera la gente y pensaran ! qué buenos son! En realidad, y visto objetivamente ¿tan malos son esos gestos de solidaridad hacia los demas? ¿porqué entonces el criticarlos tan duramente como hipócritas? De quién es el problema de ellos o de Jesus? Y por esta vez vamos a decir que el problema es de Jesús. Jesús sabía cómo es el mundo y cuales son los motores habituales de la conducta humana : dinero, sexo, poder fama y honores. Pero Jesús quiere para el creyente una motivación mas profunda y a la altura del Invisible : que haga las cosas por puro amor y servicio incondicional aunque no haya recompensa alguna visible a los ojos de los hombres. Es como una nueva especie humana que no necesita de espectadores ni presenciales ni virtuales que gratifiquen y refuercen su actuacion . Una especie a la que sólo le importa el saber que Dios te ve y por tanto El que ve en lo secreto te recompensará. Efectivamente asi había dicho Jesús q hasta un simple vaso de agua dada a un pobre no quedara sin recompensa.
Y esta es la nueva humanidad del Reino .La que en Cuba (monjitas de ancianos desamparados) se ocupaba de atender a los revolucionarios viejos o enfermos en los asilos de ancianos, y cuantos cristianos de a pie han sido los q han hecho a espuertas el bien sin mirar a quien y con la única y secreta esperanza de que “Dios dirà”. Para Jesús, pues, lo malo no es que el mundo -que no cree en Dios -sea hipócrita porque siempre lo ha sido y lo será. El problema es que lo fueran los que se llamaban creyentes buscando la vana-gloria en vez de la gloria de Dios.
En este sentido hay que reconocer que sólo el esfuerzo o actuar del creyente es sagrado -sacri-ficio porque la motivación religiosa lo hace sagrado o espiritual.
Y una recomendación para los creyentes seguidores de Jesus :”cuidaos del fermento de los fariseos”(Mt 16,5-12).

Meditemos la palabra de Dios.
El mismo David lo llama Señor. Entonces, ¿de dónde salió de ser su hijo? ¿Quién es Jesús, después de todo, y cómo es el hijo de David? Todo sobre el Mesías, esta figura central de esperanza en Israel, es fundamental. Si los escribas no pueden responder a la dificultad que Jesús les plantea acerca de la filiación davídica del Mesías, dudan de él. Sin embargo, afirman ser los más sabios e inteligentes de Israel y quieren gobernar al pueblo elegido. No debería escuchar a estos médicos, que dicen ser maestros. Si tuvieran la mente lúcida, deberían percibir una dimensión misteriosa en la persona de Jesús, que deriva de su filiación con Dios. Jesús insta a sus seguidores a tener cuidado con los falsos profetas, que quieren influir en las personas y gobernar sus vidas. La persona de Jesús es desconcertante. No basta con admirar a Jesús como un gran personaje de la historia, sólo aquellos que creen en el misterio de Cristo, en su unión única con Dios, y que se comprometen a seguir a su Señor, pueden entender quién es Cristo. Es el culto que marca la distancia y la cercanía, distancia de la soledad de una intimidad con Dios que debe profundizarse, al mismo tiempo que estamos llamados a la mayor comunión de amor.P. Eric