Comentario homiletico 8/10/17

En el texto de Mateo 21 ,33-43 Jesús nos habla de la parábola de la viña .Un propietario que ha trabajado con cariño su viña . La ha rodeado de cerca. Le ha puesto un lagar y  una casa del guarda. Deja la viña en arriendo a unos labradores y a su tiempo manda criados para recoger lo que le pertenece.

 Pero los labradores apalean ,matan o apedrean a sus criados una primera vez y luego una segunda vez .Por último el dueño dice: mandaré a mi hijo y lo respetaran. Pero de nuevo los labradores piensan en quedarse con la herencia del hijo lo sacan fuera y lo matan.

    La parábola termina con la reacción del dueño ante lo ocurrido: su Hijo despreciado y muerto será la piedra angular  y piedra viva del nuevo Reino q se va a dar a otro pueblo q produzca frutos.

   La descripcion q aquí hace Jesús no es sino la historia de su propio pueblo Israel. Elegido por Dios y depositario de la Sabiduría de Dios manifestada a través de sus patriarcas y profetas. Pero una historia a la vez trágica y estremecedora pq contada por Jesus antes de q ocurrieran los hechos no es sino profecía autocumplida de lo q va a suceder con su pueblo y con El mismo. Y dos consecuencias aún:

1. No debemos condenar a Israel como pueblo deicida. Los q condenaron a Jesús fueron otros y de otros tiempos. 

2. Como labradores y trabajadores del Reino de Dios q hemos heredado nos cabe preguntarnos: somos dignos trabajadores de su Reino y aportamos los frutos q se  espera q demos?

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