Comentario homiletico7/11/18

Lc 14,15-24
Hay una pregunta q oí de joven y siempre me impactó. Fue una pregunta dirigida a mi personalmente cuando era seminarista y por supuesto practicaba la religion y la misa. La pregunta me la hizo otro sacerdote con toda candidez como quien no quiere la cosa: – ¿te has convertido a Cristo?
Iba a contestar q por supuesto. Que qué pregunta era esa, o por último pqé tenia q contestarle yo a una pregunta tan íntima.
Pero esa pregunta tenía mordiente y daba en el clavo.
Yo podia ir para cura y tomarlo como una profesion o forma de vivir y no estar unido o convertido a Cristo.
Y esta pregunta va con la parabola de los invitados al banquete de bodas: Dios a traves de Jesús nos invita a todos a compartir la alegria de ver y vivir las cosas como Jesús las veia y vivia. Pero los practicantes religiosos de su tiempo no entendian q aquello fuera tan importante. Iban al templo pq era una construccion espectacular e ir ahi a practicar costumbres aceptadas socialmente daba “caché” de buen judio al q lo practicaba, pero lo q ofrecia Jesus era otra cosa q no era facil de percibir. Q cualquiera no tenia ojos para poder ver.
Unos pq se perdian en el señuelo del Templo y reducian su vínculo con Jesús a las practicas religiosas como algo q daba prestigio y buena consideracion social y otros q eran pobres o enfermos y le seguian puntualmente para lograr comer o salud corporal. Y de ello tb se quejaba Jesus y por ello decia q algunos iban “para comer pan hasta saciarse”. Y ese no era el pan verdadero q estaba dando Jesus. Ni unos ni otros -extremando el sentido de la parábola estaban entrando en el banquete del Reino: unos pq ya se sentian dentro” de toda la vida” y ni captaban la novedad q traia Jesus, y otros pq era tal su necesidad y tan concreta q se quedaron pensando q “para qué mas” ,ya tenia todo lo q deseaba.
La oferta de Jesus es realmente dramática: Dios a traves de El está haciendo una oferta única a la humanidad: su Reino es como un alegre banquete de Bodas. ..pero ocurre q con diferentes excusas no entran ni los de siempre pq ya se consideran dentro sin haber entrado ,ni los pobres o marginados pq quizás piensan q lo de Jesus no va con ellos pq otros se han apropiado “la causa de Jesús” o se sienten poco acogidos o rechazados por sus seguidores….
Y es q hoy, como en el tiempo de Jesús a muchos “de dentro y de fuera” nos puede ocurrir q nos hemos quedado con la cáscara de la nuez y no con el fruto. Todos nos hemos de contestar la acuciante pregunta: ¿estoy realmente convertido a Cristo?

Los comentarios están cerrados.