Comentario homiletico

Mt 2,13-18
Hoy se duda de la historicidad de este relato aunque el Señor Herodes se sabe que era de probada crueldad. Esta era práctica normal con los seres más indefensos como mujeres y sobre todo niños. Su inocencia q es pura espontaneidad más que maldad, puede ser molesta y los q no tienen paciencia para educar y corregir o tienen la debilidad de ser dominantes suelen caer en la tentación de actuar con violencia verbal o hasta física.
Nuestra sociedad q por suerte puede presumir de derechos y decretos q favorecen a la infancia hemos de reconocer sin embargo q no es menos cruel q lo fueron nuestros antepasados.
Hay muchos niños inocentes mortificados por las desavenencias entre sus padres con historias q llegan a hacer sentir a los niños q son un estorbo y molestia para sus padres.
Quizás sea un subproducto de la sociedad del bienestar q no tolera las mínimas molestias q suponen los hijos y la relación de pareja. Pero tb en este tenor del discurso cabe poner las decenas de millares de abortos q no pueden entenderse sino como un desprecio a la vida cuando molesta a los propios deseos. Y luego se disfraza con el derecho al propio cuerpo y otros argumentos q no son sino ropajes escaramuza. No hay aborto sin muerte. Y sobran edulcorantes.
Hoy tenemos un tema muy candente. No basta con proclamar derechos de los niños. Hay que pedir responsabilidad a los padres. Demasiados niños inocentes están pagando por la culpa de sus padres.

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