Comentario homiletico

Jn, 20,19-31
Estamos celebrando los acontecimientos q han ocurrido en la historia humana desde el nacimiento de Jesús.
Con Jesús el Hijo de Dios se hizo hombre. Asumió nuestra naturaleza y condicion humana en todo menos en el pecado. Así es como Jesús vivió tambien nuestra historia asumiendo nuestra debilidad e incluso muerte. Y la vivió llevando a plenitud la mayor fuerza distintivo de Dios mismo y que nunca ha dejado de estsr presente en la tierra desde su creación; el amor. Con la virtud de ese amor y de su infinita flexibilidad y versatilidad fue sorteando todas las suertes de la vida con sus alegrias y fracasos y con una intima union con Dios su Padre. Asi el Hijo de Dios, forma humana plena del hombre “Hijo del hombre” y de Dios como Hijo de Dios, vino a renovar todas las cosas . Esa encarnacion hecha historia llega a la cruz y alli Jesús entrega su Espiritu al Padre habiendo consumado toda su obra con la mayor entrega que es la de la propia vida por amor.
Ahora estamos recordando precisamente esos hechos posteriores a la muerte en cruz de Jesús . Aquella mañana después del “Sabat dia de descanso Sagrado de los judios y q los primeros cristianos consagrarian como el Domingo o el gran día del Señor por su Resurreccion.
El amor ha vencido en Jesús a la muerte. Los textos de Juan hoy nos narran cómo Jesús con muy pocas palabras casi mensajes cifrados les da su Espiritu, les da su paz , les invita a perdonar y les invita a continuar su misión de extender la Buena Nueva. No hacen falta muchas palabras. Maria Magdalena apenas ha oido al maestro llamar a Maria por su nombre y se ha estremecido al captar su presencia y sólo le responderá: Maestro “rabboni” . Los discípulos de Emaús lo perciben sobre todo en el creciente entusiasmo (=Dios dentro) que sienten cuando están hablando sobre Jesús y al partir el pan como tenia costumbre el Jesús histórico. Ahora son varios los que perciben su presencia con una captación superior a la de la visión real. Es una captación por todos los sentidos a la vez y por ello hablamos de “ver con el corazón”. Ante esa visión certera de la fe la simple visión ocular palidece. Por esa fe como intuición de que en Jesús está encarnada la máxima verdad nuestro espíritu empieza a moverse con otra seguridad y arrojo. Esa presencia de Jesús es la que capta la primera comunidad que empiezan a vivir con ese gran espíritu de fraternidad compartiendo bienes y con gran alegria en su corazón. Ese gozo al sentir en nosotros la presencia del resucitado es el que podemos rememorar hoy con el incrédulo Tomas que hoy revive por la fe – mas que por la simple vision- a sentirse tambien bienaventurado.
Hoy domingo segundo de Pascua recordando la presencia del resucitado en nuestra comunidad podemos cantar en nuestro interior y -como todo ahora- virtualmente, 🙄 el canto :”Alegre la mañana q nos habla de Ti. Alegre la mañana.”…

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