COMO EL HIJO PRODIGO

Lc 15,17-31
La paràbola del Hijo pródigo nos puede servir de base para prepararnos a celebrar nuestra Navidad como Dios manda con pandemia y guerra o sin pandemia.
Es la oportunidad de reconciliarnos con Dios y con los hermanos. De” hacer bien las cosas” apelando al silencio, a la reflexión meditativa sobre nuestro malestar moral fruto de nuestros malos actos manifestados en pensamientos, palabras ,obras u omisiones o indiferencia ante problemas que no hemos querido afrontar y nos corresponde hacerlo como decimos en el “yo confieso”.
Es hora de.volver a la casa del Padre arreglando nuestro camino para que se parezca más al camino que quiere el Padre. Para tomar la decisión nos va servir ponernos en la actitud de deseo de cambio que tuvo el hijo pródigo cuando pensó” volveré a la casa del Padre y le diré “contra el cielo y contra Ti yo peque” Y luego hoy se nos invita a encontrarnos en la Iglesia con los hermanos creyentes y ante la comunidad y Dios .Y con el sacerdote como intermediario recibiremos el perdón de Dios. Es la fiesta del perdón otorgado por gracia de Cristo que desde la Cruz carga con nuestros pecados. Es El quién sale a nuestro encuentro para que por el perdón aprendamos a seguir con renovadas fuerzas los caminos de la paz imposibles sin el reconocimiento humilde de nuestros males y el firme propósito de afrontarlos con la Penitencia o satisfacción . Hoy el Padre por Cristo nos libera de la insoportable carga del pecado porque nos ama. Y nos pide tan solo compasión con todos y no condenación. “perdonanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Y si estamos con el ánimo dispuesto, vamos a celebrar la Fiesta del Perdón para celebrar Navidad en el corazón.

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