LA RESURRECCION DEL DISCIPULO


Jn 20,19-31
El domingo pasado celebramos la resurrección del Maestro, y hoy asistimos a la resurrección del discípulo .Había transcurrido una semana, una semana que los discípulos, aún habiendo visto al Resucitado, vivieron con temor “con las puertas cerradas” (Jn 20,26) , y ni siquiera lograron convencer de la resurrección a Tomás el único ausente.¿ Qué hizo Jesús ante esa incredulidad temerosa? Regresó, se puso en el mismo lugar, “en medio” de los discípulos, y repitió el mismo saludo: “Paz a vosotros ” (Jn 20, 19,26). Volvió a empezar desde el principio. La resurrección del discípulo comenzó en ese momento, en esa misericordia fiel y paciente, en ese descubrimiento de que Dios no se cansa de tendernos la mano para levantarnos de nuestras caídas. El quiere que lo veamos así, no como un patrón con quien tenemos que ajustar cuentas sino como nuestro Papá que nos levanta siempre. En la vida avanzamos a tientas como un niño que empieza a caminar, pero se cae. da pocos pasos y vuelve a caerse; cae y se cae una y otra vez y el papá lo levanta de nuevo. La mano que siempre nos levanta es la misericordia. Dios sabe que sin misericordia nos quedamos tirados en el suelo, que para caminar necesitamos que vuelvan a ponernos en pie. Papa Francisco Abril 2020 Homilia en Sassia en la iglesia del Espíritu Santo.
Canto: Iluminame, Señor con tu Espiritu”

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