02/10/2022

Lc 17,5-10
Las luchas de poder entre los que lo buscan aunque pretendan lograrlo para hacer el bien nos expresan muy bien qué fe les mueve : la fe en que sólo la fuerza puede vencer en este mundo .
Sin embargo no es la fe en la fuerza que sigue la ley natural de la selva la que Dios propuso al hombre. Con esa ley hemos creado una historia de guerras y rivalidades incesantes en que la paz ha sido vivida como excepción o por cansancio .
La fe que se nos pide y clamamos todos desde que nacemos es una fe de orden superior porque algo nos dice que la fuerza de orden superior que es capaz de vivir el hombre puede vivirse si igual que empieza a vivirse normalmente en el seno de nuestras familias -que no estan muy maltratadas por la vida -se primara esta forma de enfocar la vida. El problema es tener que aceptar que en la propia casa de uno vivir el amor auténtico es bien dificil. La lucha fratricida en sus expresiones mas o menos graves está siempre presente y es por ello que es ahí donde con mayor urgencia hemos de invocar la fe que pidieron los apóstoles a Jesus que les aumentara.Y es que sólo con esa fe en Jesus y en vivir a su estilo es posible gobernarse uno a si mismo y por extensión a su familia y a su pueblo o nacion.
Con Jesus la gran fuerza que debe gobernar todo es el amor. Pero ha de aplicarse primero con uno mismo. Y si eres impaciente modera tu impaciencia y si piensas mal aprende a pensar con bien, y si eres orgulloso aprende de los humildes. Ocurre entonces que la gran asignatura para el vivir humano es tener que salir de la ley de la selva para vivir segun la ley del amor que es mucho mas exigente con uno mismo. Hemos de empezar por admitir con humildad aunque no nos guste que hemos de corregir mucho en nosotros mismos en tendencias y en actos porque van contra el amor a uno mismo. Claro que estas exigencias chocan con una visión idílica y falsa de que somos libres y debemos serlo a toda costa y sin esfuerzo. Y es ese mismo prejuicio de querer ver la vida como un paraíso sin lucha el que corroe al ser humano y hace contradictorio hasta llevarle a aborrecer la propia vida.
El despegue del hombre de su condicion de naturaleza animal a ser humano no se puede dar sin esa humildad radical de admitir que somos seres en proceso, inacabados, con defectos de fabrica ( pecado original) y que necesitamos del recurso a Dios y de la fe en esa forma superior de enfocar la vida y los problemas que hace posible la permanencia en la armonia y paz que procede de vivir con la ley superior del amor.
Con esa fe sobrenatural ,porque es don de Dios, podemos ver cómo Dios puede hacer salir al pobre hombre del estiércol en que esta metido (=de estércore erigit páuperem)Sal 113,7) y renacer dando gracias a Dios .

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