27/08/2021

Mt 25,1-13–
Veamos la parábola de las 5 vírgenes necias y las 5 prudentes (Mt 25,1-13), desde la 1a lectura de Cor 1 ,17-25.
Todas esperan al novio que las va a invitar al banquete de Bodas que es la alegría de participar en este mundo del Reino de Dios, pero 5 no llevan el aceite y no van a poder entrar en el banquete de bodas.  Y la pregunta es: ¿qué prudencia o sagacidad o perspicacia es la que han tenido las vírgenes llevando el aceite? y más aún ¿qué representa el aceite?.
Las lámparas pueden representar los valores: el Reino de Dios. Es apetecible porque promete valores, como la verdad la justicia, la honradez, el amor, la paz que todo el mundo busca y valora.
Pero la llave o la raíz que va a iluminar no está en la misma lámpara o en los valores que representa, sino en el aceite. Y Cristo es el UNGIDO del Padre, el que encierra la auténtica sabiduría -escándalo para los judíos (¿cómo Dios puede hacerse débil por amor a los hombres y morir en una cruz?) y necedad para los romanos que no pueden ver sabiduría en el fracaso de la cruz.
Sin embargo, Pablo insiste en predicar a Cristo crucificado y resucitado, escándalo y necedad para la gente de su tiempo, pero fuerza y sabiduría de Dios para quienes creemos en Cristo.
En Él -el Ungido- está la fuente de todos los valores. Y la frágil lámpara es la Iglesia que alberga en su corazón la llama que ilumina y salva.

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