Comentario homilético 10/2/2.017

​Hoy tenemos 2 textos de mucho calado para nuestra meditación: la curación del sordo y mudo que hizo exclamar a quienes le vieron : todo lo ha hecho bien . Hace  hablar a los mudos y oir a los sordos. Ese gesto de Jesús de abrir los sentidos para entrar en el curso de la vida recibe el nombre de effetá (apertura de los sentidos) y con ese mismo nombre y por su profunda simbologia pasó a utilizarse como rito del bautismo para significar q hemos de trascender por la fe la percepción de nuestros sentidos para captar al Dios invisible como Padre a través de nuestra vida. (Puesto q al niño lo hacemos hijo de Dios y debe sentirse así en verdad toda su vida).

   Tb con el texto de Gen 3, 1-8 en q habla de la tentación de los primeros padres Adán y Eva hay un aspecto de conocimiento:”si coméis de ese fruto seréis como dioses conocedores del bien y del mal.” 

   En el caso del effetá vemos cómo Jesús abre los sentidos del sordomudo para q el hombre conozca y disfrute del don de la vida. En el caso de la tentación nos quiere prevenir no contra el saber en sí -q es un atributo de Dios y por tanto es algo bueno- sino contra el orgullo en el saber q se utiliza como endiosamiento personal, como fuente de enriquecimiento propio y /o como dominación de los demás . Y entonces el conocimiento se pervierte pq debiendo estar al servicio de la vida  puede convertirse en medio potente de destrucción . De eso sabemos bastante , parece, en nuestro mundo actual…

Y ese es el drama de la vida del hombre libre: q cada vez se nos exige más nivel de conocimientos a riesgo de utilizarlos ….para bien ,o para mal.

  De ahí la importancia de una educación moral q nos lleve a un saber al servicio de la vida. Es lo q hizo Jesús al sanar.

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