Comentario homiletico 29/9/18

Jn 1,47-51
Hoy nos toca hablar de ángeles incluso de los de superior jerarquía o arcángeles como Miguel, Gabriel y Rafael.
Que son mensajeros de Dios y q nos asisten y de alguna manera nos inclinan hacia la bondad y el bien en el caso de los Ángeles Custodios es una doctrina tradicional. Y los q creemos en Jesús pero con nuestras pobres dioptrías oculares no percibimos aún estos fenómenos, oímos hablar de ellos con inocente complacencia.
Nos encanta ver cómo Jesús veía y miraba a las personas y con sólo mirarlas las animaba y trascendía. Algo así le pasó a Nathaniel q se sintió visto de tal manera por Jesús que aquel buen hombre q no tenía en su corazón doblez ni engaño le nació decir de Jesús q era el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Pero aquí no acaba la cosa. Jesús le dice a Nathaniel q si cree va a ver cosas mayores: “el cielo abierto y los ángeles subiendo y bajando junto al Hijo del Hombre”.
Con este título de Hijo del hombre ya habló el profeta Daniel sobre Jesús en una visión q tuvo y q leemos en la primera lectura.
Sin duda Jesús poseía una visión y miraba de modo tal q despertaba y arrebataba almas donde solo se veían cuerpos hechos harapos y maltratados. Y posiblemente a sus ojos la delgada capa q separa lo terrestre de lo celeste ya en vida le era apartada. Veía el más allá ya acà. Y por ello su mirada al ser humano lo dignificaba y enaltecia.
Y .. ¡¡como debía quedar Nataniel y cómo quedamos nosotros si queremos amar como El pero nos resistimos a dar el paso a una fe que vea lo q por ser terrestres aún no nos es dado – pensamos- ver . Y más aún tememos q se nos vea como ilusos y soñadores o incluso farsantes si manifestamos como normal ver lo q no nos es dado ver.
¡¡ Pobre humanidad la nuestra q por “ilustrada” teme sacar todas las cartas del creer¡¡

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