Mt, 20, 20-28
Que nadie nos confunda con los nombres: Santiago y Thiago o Yago; Jaime o Jaume; Jacob o Jacobo o incluso Jacques o James o Diego son el mismo apóstol por quien tantos peregrinamos a la Catedral de Santiago para darle el abrazo y volver a casa cansados pero reconfortados.
Varios textos nos refieren algo del carácter de los hermanos apodados los Zebedeos y tambien los Hijos del Trueno. Asi, cuando pidieron a Jesus que mandara fuego sobre aquella ciudad de samaria por no acoger a Jesus; o cuando su madre le pidió a Jesus que los pusiera uno a su derecha y otro a su izquierda….Si no corrigen a tiempo con una cura de humildad a buen seguro que hoy serian los patronos de los curas mas clericalistas….y mandones.
Pero Santiago fue muy tocado a fondo desde su elección. Junto a Pedro Santiago y Juan subieron al Monte Tabor y vieron a Jesus transfigurado. Luego lo abandonarian en Getsemani pero luego en viéndole resucitado predicaron con tal fuerza- y poca discrecion 😉-su Resurreccion acompañados incluso de milagros que Herodes Agripa para contentar a los judios en el 41- 44 lo mando decapitar.
Hoy, sin duda, cuando tantos siguen el camino de Santiago por ver al Santo y el Portico da Gloria a buen seguro nos invitaría a los clérigos a acompañar a la Iglesia peregrina no mandando tanto sino contando con ellos , escuchándolos y acompañándoles en su caminar. Vamos, una Iglesia Sinodal.

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