Comentario homiletico

Lc 18,9-14
Nos viene bien la parábolas del fariseo y el publicano para q conforme nos vamos acercando a la Semana Santa hagamos Examen de Conciencia sobre actos y actitudes.
Esta parábola en concreto nos puede ayudar sobre todo a descubrir si hay en nosotros intenciones no tan sanas a la hora de actuar que vician o envenenan nuestros actos: es el caso del fariseo o hipócrita : si hace oración lo que busca en realidad es ser bien considerado por la gente. Si hace buenas obras lo que busca en realidad es recibir aplausos o aprobacion de los demas. El centro de su actuar es el mismo : su ego. Su apariencia. Es para lo que vive. No para “ser” sino para “parecer”.
Por ello se cree en el fondo con superioridad moral y desprecia a los q no son como el.
Jesús nos pide a sus discípulos q nos libremos del fermento de los fariseos o hipócritas. Antes se daban mas en los practicantes religiosos en paises donde su religión era la oficial pero hoy se ve en todos los ambientes “laicos”. Son hipócritas tb los q dicen q hacen mucho por los pobres y el pueblo pero lo que buscan en verdad es la fama, el dinero o el poder.
¿es que no tienen valor entonces los actos y valen mas las actitudes?
Dejemos claro que la tarea nuestra es valorar los actos objetivos. Buenos o malos. Constructivos o destructivos. Que ayudan al conjunto o lo empeoran. El juicio sobre la situación interna de las personas o su intención al actuar no las percibimos sino tras mucha convivencia con las personas. Por ello q Jesús nos dice q nunca condenemos : q el padre separará al final el trigo de la cizaña(Mt 13,24-52) . Recordemos el sabio principio de la Iglesia : “de internis neque Ecclesia” =(que nadie juzgue de la situación interna de las personas (juicios de intencion) ni siquiera la Iglesia..
Lo importante ahora, pues es q entremos cada uno en nuestro puente de mando donde nadie más q Dios y yo podemos entrar y revisemos en conciencia nuestras actitudes para que sea más motor de nuestros actos el amar y servir a los demás como un regalo que dejamos a la tierra y a los hombres. Y en oración tratemos de alejarnos de lo que es manipular personas y cosas como medio para nuestro autoelogio.

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