Comentario homiletico

Jn 10,1-10
Cuando el Papa Francisco dijo hace poco una de sus perlas ,que “la preferencia por los pobres no es comunismo sino que es la esencia del cristianismo” muchos debieron vacilar pensando ,Francisco nos está vendiendo al comunismo”. Pero no es asi. Los que hemos vivido mas tiempo sabemos q la mejor doctrina comunista no se ha vivido en la sociedad sino en los conventos . Y no por disciplina soviética o dictatorial- sino porque intentan vivir compartiendo vida, fe y bienes por mistica cristiana de fraternidad no por ideologia igualitaria.
La fiesta de hoy en que recordamos a Jesús como buen Pastor nos da cuenta del origen de esta mística cristiana: la fuerza motivadora del Buen Pastor es el amor a sus ovejas. Y por ello las conoce una a una y las llama por su nombre, y las lleva a buenos pastos. Y la que está perdida sale en su busca dejando las 99 ovejas.
y en cuando la encuentra hace una gran fiesta por la alegria. …Incluso hoy el evangelio nos recuerda cómo el Buen Pastor no abandona a sus ovejas como el mal pastor sino que da la vida por sus ovejas. Todo esto hay que decirlo para recordar que lo que vemos en Cristo Buen Pastor y ojala nunca dejemos de verla en su- tambien- , pero de verdad Santa Iglesia, es el amor misericordioso del Padre hecho carne en Jesús y luego en su Iglesia. Y para ello no necesitamos ningun “ministerio de igualdad” (y que exista en política nos parece q es todo un detalle y declaración de( ojalá) buenas intenciones) , sino hacer vivir en nosotros el meollo del evangelio que nos descubre Jesús: Que Dios nos ama a todos y a cada uno como padre (y madre) que es , y en Jesús encontramos en la Iglesia el ejemplo vivo para amarnos como El nos ha amado.
Con esa misma sensibilidad del pastor que ama a las ovejas el papa y la Iglesia toda nos planteamis en estos tiempos dificiles qué cabe hacer. No es tiempo de hacer “politiqueo” sino de gestionar con flexibilidad y buen espíritu la salida de la pandemia con sus graves consecuencias economicas y laborales. Y nos gustaría q el confinamiento lo aprovecharamos para reflexionar en profundidad sobre qué es esencial y accesorio en nuestras vidas. Los conventuales nos dan ejemplo de sencillez de vida en el vestir y en el comer sin apenas caprichos ni posesión de bienes. Y viven coml los pájaros del campo en armonia con ellos y con felicidad.
Bajar el ritmo de locura con acentos claros en la superproducción , el hiperconsumo, y el paradisiaco y nunca alcanzable bienestar y asumir una moral realmente humana hecha de sanas costumbres que nos libren de esa vorágine de vida desquiciciada q nos lleva del arrebato de locura a la postracion y la vaciedad mas absolutas.
Hoy con la bella imagen del pastor que lleva en paz a sus ovejas requerimos ese estilo de vida pacifica alejados del mundanal ruido de sueños locos de posesión siempre infecundos.

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