07/04/2022

Jn 8, 51-59
San Juan nos señala una nueva consecuencia que se deriva de la aceptación firme -por fe- de Jesús como el Hijo de Dios vivo: ese discípulo, que vive esa fe en plenitud, no morirá para siempre. Este texto se atribuye también a Jesús cuando en diálogo con Marta por la muerte de su hermano le dice: “quien vive y cree en mí no morirá para siempre”.
De esta manera  se completa el quehacer de Jesús en su paso por la tierra y que encierra la palabra salvación: que Jesús nos salva quiere decir que nos perdona, nos libera de todo pecado y esclavitud -que son fuerzas de muerte- y nos pone en camino de la vida en plenitud, la cual se conquista por la práctica de la fe, la esperanza y la caridad.
Así, a la imagen de Jesús como LIBERADOR  de enfermedades , dolencias y del pecado,  hoy añadimos la de Jesús liberador de la muerte, Jesús SALVADOR. Pero ese mensaje de Jesús que aparece en este texto es aún sólo un mensaje o doctrina: el hecho de la Resurrección que celebraremos en breve será la gran prueba o signo para el creyente de la victoria de Jesús sobre la muerte y, con ella, el anuncio de la vida que con Cristo nos espera.
Hoy hemos de recordar la vida mas digna y de mayor valor que se pueda vivir en esta tierra. Esa es la vida de los que por servicio a los hombres ponen en riesgo su propia vida.Hace poco mas de un año les aplaudíamos a las 8 de la tarde y les estabamos considerando nuestros héroes.De ellos ya decia Jesús ” nadie tiene amor mas grande que aquel que da su vida por los hermanos” Jn,15,13.
Y todos aquellos que con fe explícita o implícita han vivido y están entregando su vida por amor son herederos de resurrección. Han anticipado ya la Pascua -paso de la muerte a la vida- y creemos que si han muerto viven ya para siempre con Dios.
Cuando aplaudimos con emoción y admiración a los que mueren en acto de servicio ¿No estamos diciendo interiormente? : están muriendo los que debieran vivir para siempre ?. No hay derecho. Debe haber resurrección ™.

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