05/04/2022

Noches de Moscú con su fria luz.
La voces bien timbradas de los coros del ejército ruso sonaban en el pasillo del Seminario en dias de abril cercana la Pascua. con el “kalinka y las noches de Moscú con su fria luz” uno podia imaginarse un mundo con renovadas estructuras gracias a la potente dinámica diseccionadora de la realidad que presentaba el marxismo con su instrumento de analisis critico de la realidad que iba a convertirnos a todo
el mundo en adictos a esa ideologia capaz de cambiar el mundo. Luego paseamos nuestra utopia evangélica las juventudes católicas por el tamiz latinoamericano y con Victor Jara hasta podíamos cantar “con mi 30*30 me voy a marchar a engrosar las filas de la rebelion, si mi sangre piden mi sangre les doy, por los explitados de nuestra nación”. Y mientras ,oíamos las voces de nuestros guias de modelado de la modernidad como Eduardo Margarit que nos advertía de que el método marxista generaba odio de clases…pero quién nos iba a parar si el cambio estaba al alcance de la mano? y el canto ahora nos llegaba otra vez con aires místicos y por tanto muy encandiladores de la mano de Victor Jara con su ” plegaria a un labrador”. Cualquiera la cantaba con devoción hasta que llegaba aquello de danos tu fuerza y tu valor al combatir y “limpia como el fuego el cañon de mi fusil”…y ahí venia la quiebra del canto y del pensamiento revolucionario . Camilo Torres, y Joan Alsina mas cerca de nosotros fueron adalides de una fe comprometida en la praxis politica y murieron martires .Y con humildad tuvimos que escuchar la voz del maestro:” vosotros no seais como los grandes de este mundo que oprimen y roban y matan. Vosotros sed como quien viene no a ser servido sino a sevir y dar su vida por muchos”.
En latinoamerica fueron botas americanas las que pararon el cambio marxistizante. Ahora son las botas del neoimpero ruso las que estan aplastando Ucrania. Es la ley de la Selva.

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