21/04/2022

Lc 24,35-48
El cristianismo es y será siempre una lucha agónica como la vida misma. Asi la percibia nuestro filósofo Miguel de Unamuno.
En su origen el cristianismo ha puesto al Dios Padre que nos ha mandado a su propio Hijo para iluminar con su palabra y su testimonio la vida de los hombres. Pero su palabra se oye poco entre nosotros de manera que el común establecido es que somos rios vivientes abocados al gran mar que es la muerte. Y no hay mas que celebrar sino vivir el presente. El hombre continua entonces instalado como en un mundo de sombras y tinieblas sin luz que ilumine. Pero va y los pocos cristianos practicantes decimos que el muerto enviado por el Padre vive. Que ha resucitado. Y en cada Iglesia con el Cirio Pascual iluminando se anuncia la Increble noticia no ya de que Dios el Invisible vive por siempre sino que su Hijo el que ha querido vivir solo como Hijo del Hombre después de muerto ha resucitado.
Y eso nos concierne a todos. Y eso dígase si es o no historia ha ocurrido en el tiempo y sólo pensar que pueda ser cierto rompe la duda y abre espacios.
Ahora nos vemos en un cambio de época y a punto de dar saltos cualitativos.Y tenemos derecho a tener dudas.Ningún Santo que se precie -que ha vivido de lleno nuestra humanidad- se ha librado de ellas- ni siquiera el Hijo- cuando en la Cruz dudó que su Padre le había abandonado.
Esa es la fe que se abre paso en libertad , sin imposiciones ni dogmatismos, pero es la que en Jesús muerto con pleno amor y luego resucitado nos indica el camino a vivir en plenitud .Que nada de lo que nos hace auténticamente humanos quede dejado de lado con el vértigo que los oligarcas quieren imprimir a la ciencia para provocar cambios que casi siempre favorecen con exceso a unos pocos que tienden a hacerse como dueños y directores del destino del mundo.
Ante un mundo tan impositivo y desigual como el que se nos ofrece, tendremos que oir mas veces las palabras del
resucitado cuando nos previene diciendo: “vosotros no seais como los grandes y poderosos del mundo (=a menudo promotores de guerras como vemos) que oprimen y roban y matan. Vosotros sed como el que sirve “Mt 18, 1ss)

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