FORTALEZA EN LA DEBILIDAD


Jn 1, 11-45
Llegamos con este 5° Domingo de Cuaresma a tratar el tema mas decisivo :la vida en el orden material y la vida en el orden definitivo con la Resurreccion.
Pero conviene recordar los importantes temas del domingo 3° que nos recordaba el pasaje de Jesus con la Samaritana junto al pozo de Jacob . Y Jesus nos hablaba del agua que El nos da como manantial que sacia toda nuestra sed y fue la nueva vida que comenzamos con el bautismo en que sumergidos como semilla en el agua de vida de Jesus y su Espiritu empezamos a crecer como hijos de Dios. Y cabe recordar el domingo 4° en que Jesus con la curacion del ciego de nacimiento se nos presenta como la Luz que puede orientar y dar sentido a nuestra vida si nos dejamos llevar por la fe que trasciende toda sabiduria humana.
Y llegamos a hoy domingo previo a la Semana Santa en que nos encontramos con el milagro de la vuelta a la vida o reviviscencia de Lazaro que habia fallecido. Este hecho mas que el prodigio en sí nos revela el fundamento de toda fe que es la resurrección. Asi nos lo dijo Pablo y es la gran verdad que justificará pequeños y grandes sacrificios hechos con toda generosidad . ¿ de qué sirve tanta excelencia en virtud si no hay resurreccion?(1Cor 15-14). Y ese es precisamente el mensaje que Jesus nos deja tras el diálogo con Marta. Ella creia en la resurrección del ultimo dia, pero le estaba pidiendo a Jesus que manifestara la plenitud de su poder (divino)aqui devolviendo la vida a Lazaro su hermano. La escena nos llega con todo lujo de detalles de modo que nos descubre la profunda humanidad y debilidad de Jesus sollozando repetidas veces hasta el punto de declarar el gentío” pues cuanto le quería” ,pero a la vez va a provocar ,aunque con un retraso estudiado ,la aparición de la plenitud divina de Jesus cuando encontró su “hora” para hablar como la Palabra del Padre y nos dice palabras que resonarán siempre en nuestra mente y no debemos olvidar: “YO SOY LA RESURRECCION Y LA VIDA EL QUE CREA EN MI NUNCA MORIRA”.
Ha hablado el Dios de vivos para quien no existe la muerte (Mt 22,32) y es su PALABRA DE VIDA la que abre en nuestras entrañas una Esperanza que inicia en este mundo pero pertenece al orden definitivo. Es el germen de nuestra propia resurrecion futura si vivimos con Cristo.
Interioricemos la palabra de hoy con el conocido canto: “TU PALABRA ME DA VIDA confio en Ti, Señor, tu palabra es eterna, en ella esperaré”