Comentario Homiletico 24/4/18

En Juan 10, 22 – 30 Jesús paseaba por el pórtico de Salomón en el templo y los judíos le preguntaban si era El el Mesías que se lo dijera francamente. Y Jesús por toda respuesta les remite a las obres que hace en nombre de su padre. Son las obras las que describen quiénes somos nosotros en ellas se manifiesta nuestra más profunda esencia en el qué hacemos y cómo hacemos es donde mejor se ve nuestra autenticidad personal. Las personas decimos quienes somos en el dia a dia y con más claridad a mayor tiempo pasado. Ahí percibimos las intenciones q mueven nuestra vida y el espíritu con que hacemos lo que hacemos. Todo ese proceder y no nuestras palabras dicen quienes somos. Según esto lo q veían de Jesús sus coetáneos era q Jesús atendía a todos los q se le acercaban, de modo q los ciegos veían, los cojos andaban , los afligidos eran consolados, los pecadores liberados, las mujeres valoradas, y los más maltratados por la vida eran bendecidos y preferidos. En su forma de vivir no había hostentacion sino sencillez. Y esa forma plenamente humana es la q asumió el Hijo del Hombre. Quien es capaz de ver ahí a Dios es q está “tocado” por el Padre q siempre se deja ver en lo escondido y en lo pequeño en la belleza q solo se ve con los ojos de la fe.

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