Comentario homiletico 27/4/18

Jn 14,1-6 nos revela la profunda incidencia q debió tener el hecho de la Resurrección en la vida de los apostoles y de los primeros cristianos.
Jesús resucitado está hablando con los discípulos en plan de despedida. Les dice : “en la casa de mi Padre hay muchas estancias y voy a prepararos sitio” y luego volveré y os llevaré conmigo para q dónde yo estoy estéis tb vosotros y aquí la duda de Tomás como la nuestra está más q justificada: ?cómo vamos a saber dónde va si no hemos estado nunca?y ? Cómo se está en la Casa del Padre y ?como y q hacer para llegar la casa del Padre? Todas las dudas ante lo desconocido tienen entidad y es por eso q la muerte se acepta frecuentemente solo con resignación aunque tengamos fe. Jesús mismo pidió al Padre con lágrimas q si era posible apartará de El ese cáliz de una muerte afrentosa. Pero vemos luego cristianos q se entregan a la muerte con gran determinación en el caso de los mártires y otros como Teresa q se atreven a decir en exaltación mística q “muero pq no muero” de tan alto deseo que viven de encuentro con el Amado.
Y la respuesta a esas dudas tan pertinentes y a esa confianza tan “desmedida es la frase con q Jesús responde a Tomas Yo soy el Camino , la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mi.
Y es q vivir nuestra vida en la más plena unión a Cristo y a su estilo y modo de vida es estar ya viviendo sin temor alguno pq el tiempo – siempre mortal -ya se está viviendo con el toque de resurrección y eternidad.

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