Comentario homiletico

Mt 16,1-24
Hoy es San Jose. Y hay q recordarlo con palabras casi dichas al oido pq no hay bullicio alguno por las calles. El despertar es tranquilo , conventual. Casi oiremos solo el tintineo del cafe con leche y los mas previsores podremos desayunar algun “buñol”que preparamos hasta con devoción. Y desayunamos con la memoria en la mente de aquella cancion callejera “una estoret velleta pa la falla de Sant Josep el tio Pep el tio Pep”..pero el confinamiento por el temible virus nos ha arrebatado la convivencia cara a cara, la multitud de gente alegre y con todo ese ambiente ..tambien la falla que daba vida a toda esa movida. Y no conviene olvidar q hasta en la falla tradicional el gran olvidado era el motivo y motor principal: el recuerdo del gran santo y padre bondadoso y justo que es San José. De el podemos aprender a afrontar las calamidades que nos pasan ahora como el afrontó el tener q huir a Egipto como emigrante politico porque podia matar Herodes al niño. Y qué decir del creyente José q tuvo q hacer de padre madurando en sueños que lo de Maria era cosa de Dios y no de los hombres. Asi q con profunda fe abrahamica y ciega creyó al ángel y a Maria y asi es como contribuyó a la encarnación de Jesús. Aceptó el humilde papel de ser ante el misterio como un humilde actor secundario. El se hizo como una “estoreta velleta” para convertirse en falla e iluminar calles y plazas y mas aun la vida de los hombres q se acercan al misterio de su luz que es luz plena de fiesta y de vida. Viva pues San José origen de nuestras fallas. Su memoria en nosotros hará q pasado este virus temporal de nuevo renazcamos con espíritu nuevo a vivir fiestas y fallas con inmensa alegria y profundo sentido.

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