21/03/2022

Mt 18, 21 -35
No conviene olvidar que desde nuestra vision cristiana (=Cosmovisión), todo nos viene por gracia y amor de Dios: la vida, el bautismo que nos hace hijos de Dios , el perdón de Dios; la fe; el arrepentimiento; el deseo de hacer bien……etc ; y por ello nuestra mejor oración es la de Acción de Gracias a Dios. Todo es gracia , menos nuestro pecado que no es sino respuesta libre (¿ ?) pero inadecuada a la gracia de Dios..(Si podemos hablar de mérito es cuando nos empeñamos en colaborar haciendo la voluntad de Dios y nos manifestamos de acuerdo en cumplirla).
Quizás así podremos entender mejor la parábola del Rey que perdona a un siervo que le debe 10.000 talentos,siervo que sin embargo no perdona a su vez a otro que le debe un poco de dinero. Y entenderemos porqué recibe tan gran castigo el que no perdona al que le pide perdón.
La doctrina de Jesús es clara: hemos de estar siempre dispuestos al perdón que se nos pida como el Padre está dispuesto a perdonarnos. Es la respuesta al amor gratuito e inmerecido que continuamente recibimos de Dios. Y ¿qué pasa si no perdonamos ni estamos dispuestos al perdón y al olvido?
Posiblemente ocultaremos nuestras debilidades y nuestra condición humana débil y pecadora. Y nos presentaremos ante los otros como perfectos e inhumanos. Y si alcanzamos cotas de poder podemos hasta aparecer como justicieros e implacables y como ídolos sometiendo a gentes y encumbrándonos con grandes iconos de nuestra mejor imágen bien retocada: es la imágen de los grandes o pequeños dictadores en las casas o en la vida pública que cuando actúan así con su orgullo desplazan al Dios de misericordia y al prójimo como hermano para convertirlo en pobre siervo o esclavo.
Por eso la tradición cristiana nos invita a considerar que somos ,como la Iglesia, a la vez santos y pecadores (= “Simul Justus et peccator”) No nos olvidemos nunca de pedir perdón porque necesitamos el perdón para vivir en plenitud sin falsear nuestra persona y con el alma en sosiego y sin jactancias ni deudas. Es el infinito amor de Dios que se nos manifiesta como gracia y bendición.
La empatia y profundo amor a los hombres que revela la actitud de Jesús cuando pidió perdón al Padre por los pecadores que le llevaron a la cruz nos descubre una talla humana jamas alcanzada por otro hombre y hace creíble que en su propia persona el propio Dios se ha hecho hombre. Y ese “Dios-hombre” de paciencia y bondad infinita nos hace ver que la Cuaresma y la vida humana es toda ella un tiempo de Gracia, de Conversión y una oportrunidad mas de crecer gracias al perdón . Sólo por él es posible el re-encuentro conmigo mismo como pecador y necesitado,(y también con un punto de bondad claro) con el hombre como hermano, y con Dios como Padre. “Deo Gratias” (=”Gracias a Dios”).