¿LLEGA EL FIN DEL TIEMPO?

Lc 21, 5-19

Nuestro mundo o planeta tierra que ha visto nacer y crecer en ella la vida como un milagro de Dios para los creyentes (Ge, 1 ,11) o como un prodigio increible por la apabullante improbabilidad de que apareciera vida y menos aun inteligencia según la ciencia ,está enfermo grave. Los castellanos ,siempre bien apropiados en su decir, le llamarian tiempos recios y nosotros mas descuidados en el hablar le llamariamos tiempos de ” mare em cague” o que trone y que no pedregue”. Adonde miras está todo mal y sin compostura posible. Si es la tierra ,ya nos cansan con el cambio climático, la capa de ozono, la desertización , la racha de Covids y vacunas interminables..y si nos miramos a los pobres vivientes que la poblamos ¿hay algún ser viviente y considerado inteligente que no esté haciendo tonterías?. Las menos gordas tengo para mi que son las de nuestros jóvenes que a falta de mejor orientación de nosotros sus educadores juegan con todo lo que tocan sin apostar por nada firme, y por ello andan pendientes de infinitas modas,….. los adultos que emigraron hacia las costas dejando la vida simple y natural de sus pueblos para venir a la capital buscando trabajo y con tanto empeño dejaron campanario y costumbres del culto a lo divino para dedicarse los festivos sin nada que celebrar como pueblo a rondar por los bares o comercios para gastar por gastar ya que tanto luchamos por ahorrar.
Unos y otros, quiero pensar, que con el trasiego de los cambios de vida hemos aparcado a Dios . No le hemos dedicado el tiempo suficiente para acunarlo en nosotros y encarnarlo.Así nos lo cantan nuestros juniors en el canto en que se autointerpelan ¿donde está la juventud si la tenemos donde está nuestro valor?…. Los tiempos turbulentos que corren no conviene que agiten nuestro interior. Es tiempo de hacer silencio en nuestro interior y hacer eso que tanto se ha practicado en nuestros pueblos pequeños ahora en su mayoria abandonados: saborear como dueños del tiempo de las pequeñas cosas que tenemos a mano y buscar desde nuestro puente de mando a qué puerto llevar el rumbo de nuestra vida. No es tiempo de locos fanatismos pero sí de buscar con pasión la mas última verdad que está en el éter , pero en el eter de eternidad.