IGLESIA PEREGRINA


Jn 15,1-8
Amaneixca el dia desde bon matí i units al Cep (la Vid) per a donar fruits i fruits abundants.
En Jn 15,1-8 Jesús bajo la parábola de la vid y los sarmientos nos explica con toda claridad que la condición de dar fruto el discípulo es permanecer muy unido a la vid.
 Y no puede entenderse de otra manera que el Creador y Dador de vida lo haga a través nuestro, si no es por esa profunda unión que nos hace sentir como trabajadores de su viña.
Y si hemos de esperar frutos ¿de cuáles se trata? Desde luego de una profundización en nuestra vida espiritual dejándonos llevar más por su Espíritu, pero los frutos deben invadir todos los órdenes de nuestra vida: mejorar la vida familiar, nuestro rendimiento académico, nuestro trabajo profesional, nuestro compromiso social y político como ciudadanos, nuestra conducta ética en el mundo económico etc. y todo porque el mejor fruto de esa unión con la vid debo ser yo mismo urgido y ungido por la fuerza del Espíritu sin olvidar esa Iglesia Universal en el espacio y el tiempo que ha sabido fructificar con variadas formas de vida cristiana religiosas y laicas poniendo sus carismas -como perlas del Reino de Dios- al servicio de toda la humanidad .
Nuevos retos que atañen a la condicion sexuada del ser humano, están golpeando desde diferentes frentes a ese estar en el mundo la Iglesia y que la hizo constituirse en votos de castidad, pobreza y obediencia como estados de perfeccion y parecen requerir mayor profundización, asentamiento y trasparencia…para que sean estados estables de perfeccion y no forma de marcar distancia y llamar la atención.
Una frase de Pablo nos puede iluminar nuestra forma de estar en el mundo:invocando a Dios y mas en tiempos revueltos como estos :”ora comáis, ora bebáis hacedlo todo en nombre del Señor”.(Col.3,17)