AMPLIAR AUN MAS LA CATOLICIDAD


Mt 25, 31-46
El juicio final tal como nos lo presenta Mt 25 nos parece que viene a corroborar o reafirmar la voluntad de salvacion universal querida por Dios y contenida en la proclamacion de la Iglesia como
Católica (=universal). Es una universalidad que acoge bajo su manto salvifico o de salud universal a toda la Iglesia y -habria que decir- a todas las Iglesias y mas aun a todos los hombres incluso los que ignoran al propio Dios en quien ponemos el anclaje todos los valores los hombres que tenemos la fe puesta en un ser trascendente. Y ésta suerte de vivencia de la fe es la que debiera hacernos rebajar aquel principio clásico tan excluyente según el cual “extra ecclesia non est salus” (=fuera de la Iglesia no hay salvación). Este principio excluyente y contrario al evangelio que hoy comentamos, nos parece que va contra la universalidad de nuestra propia fe catolica ya que Dios como Padre
Bueno que es no puede excluir a nadie de su amor y el juicio definitivo será al final y con base en haber vivido un amor real y traducido en obras y no solo verbal o sentimental. Ese amor así vivido y manifestado es manifestacion de Dios y por tanto salvador y es por ello que hasta lo cantamos en la liturgia : “ubi cáritas et amor ibi Deus est” (=donde hay caridad y amor allí está Dios) . Con este canto alabamos al Dios grande y sin fronteras y con El a Jesús que se manifiesta en toda obra de amor realizada por cualquier ser humano porque El es el mismo amor del Padre hecho carne y no puede estar ausente en ningun gesto de amor auténtico aunque no lleve la etiqueta de cristiano. Y otra vez mas tendremos que ejercitarnos en la humildad acogiendo como Jesús en un “fraternal nosotros” a los que no van con nosotros. Y acostumbrémonos a pensar que como cristianos trabajamos por un Reino sin fronteras y la Iglesia que quiere servir a ese Reino trabaja mal cuando pone o nos ponemos vallas o fronteras.